Mucha gente emprende para…
– Tener más libertad (un clásico).
– Ganar «X» dinero al mes o al año (otro clásico).
– Algunos incluso para demostrarse a sí mismos que valen para algo.
– Otros para decirle a un jefe estúpido que tuvieron “que te j*dan”.
Da igual el motivo por el que empiezas, lo realmente importante es por qué sigues haciéndolo a lo largo del tiempo.
Cuando llegas a “X” dinero, ya eres libre o le has callado la boca a ese jefe idiota, viene la pregunta del millón…
– ¿Y ahora qué? Ya no soy un fuck*ng mileurista, ¡mírame universo!
Ahí es donde a mucha gente le suenan los grillos internos pidiendo socorro.
Entonces llega el sentimiento de vacío y tu cabeza te susurra…
– No sé si debería seguir con esto.
– Montar esto otro.
– Dedicarme a otra cosa.
– MmmmMmm.. creo que esto ya no me mola…
No tienes que seguir preguntándote por qué empezaste (esa no es la pregunta que importa).
Lo que tienes que preguntarte es por qué narices piensas seguir y para responder a eso, tienes que entender lo siguiente…
Todo emprendedor es inquieto e inconformista por naturaleza.
Por eso mismo tienes que entender que emprender es como ser adicto a una droga o cualquier otro tipo de sustancia.
Lo mismo eres adicto a los calipos como la tía de mi mujer.
La cuestión es que esa parte inconformista que tienes dentro debe saciarse.
Cuando dejas de saciar esa parte, es cuando te atrapa la desgana o empiezas a dar vueltas sin sentido.
Emprender va de crecer y enfrentarte a la nueva mierda que aparece debajo de la alfombra cada día.
Avanzas, aparece nueva mierda y la barres…
No barres una vez y tus problemas con el polvo se acaban para toda tu vida, por más que 4 gurús pagafantas lo digan.
La verdad es que…
Siempre aparece mierda nueva debajo de la alfombra, pero la gran diferencia es que quien la barre ya no es la misma persona.
Y puede que esa nueva persona se haya inventado un sistema para que esa mierda se barra sola, pero aparecerá otra diferente en cualquier otro sitio.
Justo ahí es donde tiene más sentido aún seguir…
Porque avanzar es lo que alimenta a tu yonki inconformista interno que anda buscando su dosis de crecimiento.
Algunos lo verán como algo negativo, desconcertante o raro, porque querrán algo para toda la vida que les de tranquilidad.
Pero el que emprende, sabe que tiene sed en su interior.
Una extraña sed que solo se sacia cuando sientes que avanzas un pasito más cada día en algún sentido.
Mientras muchos no quieren avanzar…