Esta joven autónoma ha convertido una localidad gallega en destino de belleza para toda España

Si algo pone de manifiesto la historia de esta joven emprendedora es que todo el mundo puede intentar hacer realidad una idea de emprendimiento.  Aunque sea difícil logarlo. Y es que, en un sector dominado por las grandes cadenas y las clínicas situadas en las grandes urbes, Jessica Fabeiro Pérez ha demostrado que el éxito no depende tanto de la ubicación, como de la visión de negocio y del esfuerzo empleado para sacar adelante tus ideas.

Así, desde un pequeño pueblo de Galicia, con una población de aproximadamente 8.500 habitantes, esta emprendedora ha levantado en apenas unos años, un centro de estética reconocido por su excelencia entre los medios de belleza. No en vano, atrae a cientos de clientas que antes se desplazaban a Madrid o Barcelona, para recibir tratamientos de alta gama, y ahora lo hacen a Padrón (A Coruña), al Jessica Fabeiro Beauty Experience de esta autónoma, cuyo equipo lo conforman nueve profesionales, formadas todas ellas en estética oncológica.

De trabajar en casa a revolucionar la estética en todo el Norte de España

Jessica Fabeiro comenzó en la estética casi por casualidad, quizá como otras: realizando tratamientos a sus amigas en casa. Lo que nació como algo informal pronto empezó a crecer y, cuando ya tenía varias clientas habituales, decidió dar un paso más. En 2018, asistió a una feria profesional de belleza en Madrid, en la que descubrió una aparatología estética avanzada “que no existía ni de lejos en mi localidad”, recordó a este diario. Ese fue el detonante: “¿Por qué no íbamos a tener en Padrón un centro con tecnología puntera?”, se preguntó a la sazón.

Dicho y hecho. Con apenas 1.000 euros en su cuenta, no pocas dudas, y el apoyo incondicional de los suyos, esta emprendedora, que se reconoce a sí misma “una cabezota de campeonato”, decidió arriesgarse. “Alquiló un pequeño local, de 60 metros cuadrados, y solicité un crédito de 30.000 euros para comprar mi primer equipo de radiofrecuencia marca Indiba, que era la excelencia misma en aparatología estética”.

Incluso los comerciales de la marca, que se reunieron con ella, confiaron de tal forma en su proyecto, que le ofrecieron “la posibilidad de devolver la maquinaria si en tres meses no obtenía resultados. Y ese gesto me dio el impulso definitivo”, reconoció.

Desde sus inicios, Jessica Fabeiro apostó por marcas reconocidas entre lo más selecto de su sector. Indiba y Natura Bissé fueron las primeras firmas que incorporó a su centro, confiando en la calidad y efectividad de sus tratamientos. Más adelante, a medida que el negocio crecía, integró también LPG Endermologie e Hydrafacial, que le permitieron ampliar su oferta y diferenciarse de la competencia.

En seis años ha tenido un crecimiento imparable, que no detuvo ni la pandemia

El primer año fue intenso. Ella sola atendía hasta tres clientes al mismo tiempo, optimizando cada minuto para poder asumir la creciente demanda. En sólo 12 meses, esta autónoma adquirió un segundo equipo y contrató a su primera empleada. El boca a boca entre clientas empezó a consolidar su negocio, y pronto quedó claro que el pequeño local se estaba quedando corto para la demanda suscitada.

En plena pandemia, cuando muchos negocios cerraban, esta emprendedora, que recientemente ha sido madre, supo reinventarse. Transformó una habitación de su hogar en un almacén improvisado y empezó a vender productos de estética online. Mientras el sector sufría, por el confinamiento, su facturación aumentó gracias a la venta digital y a la cercanía con sus clientas. “Hacía videollamadas, asesoraba sobre tratamientos en casa, grababa tutoriales para mis redes y enviaba productos personalizados”, explicó con sencillez; como si más que una iniciativa emprendedora le pareciese casi una obligación hacia sus clientas.

ya en 2022 dio el salto cualitativo. Dejó atrás su primer local e inauguró una clínica de 250 metros cuadrados, con ocho cabinas, manteniendo su apuesta por la aparatología de alta gama y sumando nuevos servicios. Hoy, su centro cuenta con un equipo de nueve personas, incluyendo doctoras, profesionales estéticas, nutricionistas y especialistas en bienestar.

Y entre sus últimas inversiones destaca la adquisición de Thermage, considerada la radiofrecuencia más potente del mundo. “Una tecnología que, hasta ahora, sólo estaba disponible en clínicas de grandes capitales”, señaló, antes de reconocer que desea “que Galicia sea un referente en estética avanzada”.

Más allá de los tratamientos, ha asesorado a otras emprendedoras para abrir su propio centro

Además de gestionar su clínica, Jessica Fabeiro ha comenzado a compartir su experiencia con otros profesionales del sector. Y ha impartido formaciones en distintas clínicas y ha asesorado a emprendedoras que buscan abrir su propio centro de estética. «Es emocionante ver cómo otros profesionales se inspiran en nuestra manera de trabajar», señala.

También ha incorporado la venta de productos exclusivos de alta cosmética, tanto en su clínica como online. Elaborar rutinas de cuidado personal personalizadas se ha convertido en un valor añadido, atrayendo a clientes que buscan no sólo tratamientos en cabina, sino también prolongar los resultados en casa.

A pesar del crecimiento, aseguró enfrentarse a una de las mayores dificultades del sector: encontrar profesionales cualificadas y comprometidas. “Tener un equipo sólido es clave para mantener la calidad del servicio, y eso no siempre es fácil», reconoció. No obstante, ha logrado consolidar un grupo de trabajo estable, “gracias a lo cual, cada especialista aporta un alto nivel de profesionalidad. Y eso no pasa desapercibido a las clientas”.

La creciente reputación de su centro ha llamado la atención de un público asiduo, no sólo de toda Galicia, sino de media Península. Algunas clientas viajan desde ciudades como Bilbao o Valencia sólo para recibir tratamientos en su clínica, atraídas por la combinación de aparatología de última generación y un trato cercano y personalizado.

No descarta conceder franquicias más adelante, pero ahora quiere consolidar lo creado

Esa confianza ganada a pulso, junto con su apuesta por la innovación, son, al decir de esta emprendedora, los dos pilares clave del éxito de su centro de belleza. Siempre está al tanto de las últimas tendencias y tecnologías en estética, incorporando equipos de última generación para ofrecer tratamientos exclusivos.

Aunque, además, ha trabajado en la personalización de dichos tratamientos, creando protocolos específicos adaptados a cada tipo de piel y necesidad. “Cada clienta es única, y es fundamental diseñar tratamientos que realmente funcionen”, destacó, señalando que, a pesar del crecimiento de su clínica, no tiene prisa por expandirse. “No descarto conceder franquicias en un futuro, pero ahora quiero consolidar lo que hemos construido”, confesó refiriéndose también a su marido, “al que de vez en cuando doy el “disgusto” de que necesito adquirir otro aparato”.

De momento, ha comenzado a impartir formaciones para otros profesionales del sector y a colaborar con clínicas en otras ciudades, transmitiendo su conocimiento y experiencia.

El camino no ha sido fácil, pero Jessica Fabeiro ha demostrado que no hace falta estar en una gran ciudad para crear un negocio de éxito. Con perseverancia, formación y una apuesta decidida por la innovación, ha convertido su clínica estética en un verdadero referente. Y lo mejor de todo es que solo tiene 30 años, por lo que su historia aún está escribiéndose.

Jaime Rodríguez

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