La Agencia Tributaria sigue innovando en sus sistemas para vigilar el cumplimiento de las obligaciones fiscales de los negocios. Recientemente, se publicó el Plan Estratégico de Inteligencia Artificial, con el que Hacienda pretende integrar esta herramienta en sus sistemas informáticos. Sin embargo, la Administración lleva años usando las nuevas tecnologías e incluso las redes sociales para detectar posibles infracciones fiscales.
El programa de investigación marca la mayor parte del día a día de los inspectores de Hacienda. En el plan de selección de los técnicos entran algunos de los negocios que presentan discrepancias entre lo que se declara y lo que el Fisco conoce por sus bases de datos. Para encontrar estas discrepancias se usan decenas de bases de datos. Algunas son muy conocidas, como las de las entidades financieras, notaría o tráfico. Otras, como pueden ser los registros públicos de embarcaciones y de aeronaves, de hípica e incluso de procedimientos judiciales, son más desconocidas.
De hecho, según explicaron los técnicos de Hacienda a este diario, en la labor de la Inspección pueden utilizarse incluso las publicaciones en redes sociales como Instagram, Tik Tok, X, Facebook e incluso reseñas de Google para detectar discrepancias y posibles indicios de fraude fiscal.
Si bien es cierto que las redes sociales “no forman parte de la línea de investigación principal” de la Inspección, son también un medio para detectar posibles discrepancias entre lo que se muestra a través de las publicaciones y lo que se presenta en las declaraciones de impuestos, explicó a este diario José María Mollinedo, secretario general del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha).
Uno de los muchos ejemplos con los que se han podido topar los técnicos sería el caso de un fotógrafo de eventos, que suba a Instagram más trabajos de los declarados, “o de establecimientos hosteleros, que declaren un cierto nivel de ingresos, y se aprecie, por las reseñas y los comentarios de clientes, que tienen más éxito del que aparentan”.
Así afecta la vigilancia de Hacienda en redes a los pequeños negocios
Para los autónomos y pequeños negocios, esta vigilancia implica una nueva capa de responsabilidad en la gestión de sus finanzas y su presencia en redes sociales. No se trata solamente de evitar compartir ciertas publicaciones, sino de asegurarse de que todo lo que se muestre en un foro público sea acorde a lo que se declara oficialmente.
Por ejemplo, si un autónomo publica fotos de una cena de lujo con potenciales clientes o de un viaje de negocios a un destino exótico, Hacienda podría investigar si esos gastos fueron debidamente registrados y justificados como parte de la actividad económica del negocio. Del mismo modo, si un autónomo promueve productos o servicios en TikTok, pero no declara ningún ingreso relacionado, esto podría levantar sospechas y provocar una inspección más detallada.
Además, la Agencia Tributaria no sólo se fija en lo que publica una persona, sino también en lo que otras personas publican sobre ella. Las menciones en redes sociales, las fotos en las que se es etiquetado, o los comentarios de terceros podrían servir como pruebas adicionales para Hacienda.
Y todo ello a la espera de la llegada de la inteligencia artificial, con herramientas avanzadas diseñadas para rastrear y analizar la actividad en redes sociales. Programas que podrán detectar patrones de comportamiento que indiquen discrepancias más sutiles entre lo declarado y lo mostrado en redes, e incluso identificar conexiones empresariales o familiares que podrían sugerir la existencia de actividades económicas no registradas.
En cualquier caso, para Mollinedo es importante destacar que la información obtenida en redes sociales no se utiliza de manera aislada. “Para que Hacienda tome medidas, la información recogida es corroborada con precisión con otras pruebas, como movimientos bancarios, registros de llamadas, y otros documentos financieros”.
Las publicaciones de los autónomos en redes pueden ser un indicio de infracción
A pesar de no ser su principal herramienta de trabajo, sí es cierto que la Agencia Tributaria está intensificado la vigilancia de la huella digital de los contribuyentes en los últimos años, utilizando las redes sociales como una herramienta más en la detección del fraude fiscal.
Una estrategia que no es nueva en el ámbito internacional, pero cuya implementación en España ha generado un cierto debate, especialmente en relación con la privacidad y la validez de las pruebas obtenidas en el mundo digital.
La clave radica en si la vigilancia de las redes sociales entra dentro de los límites de control de la administración tributaria o, por el contrario, se excede y se entromete en la vida privada de los ciudadanos. Pero desde el punto y hora en que la ley permite que la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) puede acceder a información de redes sociales en el contexto de la lucha contra el fraude fiscal y la verificación de datos tributarios, queda todo dicho. “Es más, hace ya un par de años se creó la Unidad de Investigación de Patrimonios Relevantes, que ha llevado adelante, en este tiempo, cerca de 300 averiguaciones, con bastante éxito”, indicó Mollinedo.
Porque en este caso se trata de acceder a redes sociales de manera publica. Esto es, revisando la información que los propios ciudadanos comparten voluntariamente y de forma abierta. No de acceso a cuentas privadas, a menos que haya una orden judicial.
Así, el uso de redes sociales por parte de Hacienda se centra en la identificación de signos externos de riqueza o actividad económica que no corresponden con las declaraciones fiscales presentadas. Esto puede incluir, por ejemplo, publicaciones que muestren un estilo de vida por encima de las posibilidades declaradas por el autónomo, con viajes más frecuentes de lo normal o la posesión de bienes de cierto valor, como vehículos o inmuebles. Si bien compartir estos momentos en redes es algo común, para la inspección puede ser un indicio de que algo no está cuadrando en las cuentas.
Artistas y creadores de contenido, en el punto de mira de Hacienda
Uno de los casos más populares a los que hizo referencia el secretario general de Gestha es el de Shakira, que estaba bajo el escrutinio de la Agencia Tributaria española debido a una acusación de fraude fiscal relacionada con su residencia fiscal. Hacienda argumentó que, entre 2012 y 2014, “la cantante había declarado que residía en Bahamas para evitar pagar impuestos en España, cuando en realidad pasaba la mayor parte de su tiempo en territorio español. Lo que se ha podido demostrar utilizando diversas pruebas, entre ellas su actividad en redes sociales, junto con sus registros de movimientos bancarios y detalles sobre sus apariciones públicas en nuestro país”.
En la misma línea están los influencers, los youtubers y otros creadores de contenido, “que tanto se quejan de lo caro que es tributar en España, cuando lo cierto es que al final lo que resulta oneroso no es la declaración voluntaria, sino las multas, los interesas de demora, etcétera”.
En todo caso, Mollinedo recalcó que lo habitual es elaborar una tabla de cálculo compleja, “para que toda esa nueva información se pueda conciliar con la que disponemos, y ver si hay salida del dinero suficiente para justificar determinados gastos, aunque sean de consumo privado”. Si no cuadra, “ya estamos viendo que puede haber una derivación de dinero B para gastos propios, que suele ser habitual: echar mano en la caja y después olvidarse de reintegrar la cantidad temporalmente empleada con otros fines”. Estas pequeñas diferencias, sumadas a lo largo del ejercicio, “generan más o menos confianza en si la contabilidad es fiable o no, y si es necesario acudir a la estimación directa de la base imponible”, apuntó el secretario general de Gestha.
La importancia de una «gestión responsable» de las redes sociales del negocio
La legislación vigente en España impone ciertas restricciones a la Agencia Tributaria, que debe garantizar que cualquier prueba obtenida sea válida y admisible en un procedimiento legal. Esto significa que la información recabada ha de ser precisa y verificable, y no puede ser utilizada como base única para una acusación de fraude.
Entonces, ¿qué deben hacer los autónomos y pequeños negocios para protegerse de posibles problemas con Hacienda?
- Mantener las cuentas claras y al día. Asegurarse de que todos los ingresos y gastos estén correctamente registrados. Si se publican entradas sobre el negocio en redes sociales, verificar que los ingresos asociados estén debidamente justificados.
- Ser conscientes de lo que publican Evitar compartir contenido que pueda sugerir un nivel de ingresos superior al que se declara oficialmente, ya que esto podría implicar posibles comprobaciones. Y si se viaja o se tienen gastos que pudiesen parecer extravagantes, asegurarse de que están justificados como parte de la actividad económica o que no contradicen el nivel de ingresos declarado.
- Revisar las publicaciones de terceros. Tampoco está de más permanecer al tanto de lo que otras personas publican sobre la actividad, en especial si se está etiquetado en fotos o mencionado en comentarios. Esto también puede ser tomado en cuenta por Hacienda.
- Consultar con un asesor fiscal. Si surgen dudas sobre cómo gestionar la presencia en redes sociales, en relación con las obligaciones fiscales, lo mejor es contar con el apoyo de un profesional que pueda asesorar adecuadamente en este terreno.
La clave, según los expertos, está en la transparencia y en llevar una gestión contable sensata e impecable. Si todo está en orden, no debería haber motivo de preocupación.