Fue la compañía Microsoft la que, al realizar un informe que giraba en torno a las nuevas formas de trabajo, se refirió por primera vez al término conocido como “paranoia de la productividad”. Desde entonces, esta idea se ha vuelto cada vez más frecuente y parece afectar a muchos jefes y empresas.
Por lo general, de forma negativa, claro. De hecho, la paranoia de la productividad no solo puede resultar bastante perjudicial tanto para los trabajadores como para las propias compañías, sino que también acostumbra a ser culpable de una bajada en el rendimiento laboral. Es la razón por la que identificarla y saber cómo eliminarla es más importante de lo que parece.
¿Qué es la paranoia de la productividad?
Básicamente, la paranoia de la productividad es un fenómeno que cada día afecta a más empresas, consecuencia principalmente del teletrabajo y el trabajo híbrido. El hecho de que muchos empleados se decidan ahora por pasar más tiempo fuera de la oficina (o directamente toda su jornada), provoca que algunos jefes y responsables sientan que pierden el control sobre ellos.
Esto, a su vez, también termina muchas veces por afectar a los propios trabajadores, que deben verse obligados a hacer un gran esfuerzo por demostrar su compromiso, realizando más tareas de las que les correspondería de estar en la oficina, o sufriendo episodios de estrés o de ansiedad. En muchos casos, incluso trabajando más horas de las que deberían.
Un ambiente laboral enrarecido
Aunque mucha gente pueda pensar que el aumento del teletrabajo genera una mayor sensación de libertad y flexibilidad en los trabajadores, no necesariamente es así. De hecho, los ambientes tóxicos continúan estando a la orden del día.
En muchos casos, de hecho, algunas personas pueden sentirse constantemente vigiladas y juzgadas, lo que puede generar resentimiento, desconfianza e incluso rivalidad entre colegas.
Alta rotación del personal
Una buena forma de detectar cuándo la paranoia de productividad está más que presente en una empresa, pasa por ver si el personal de la misma rota muchísimo, sobre todo si se compara con antes de que se instauraran el teletrabajo o el trabajo híbrido.
La razón es simple: en estos casos la gente tiende a sentirse agobiada, estresada y desmotivada, lo que finalmente lleva a buscar oportunidades en otros lugares donde esperan encontrar un equilibrio más saludable entre el trabajo y la vida personal. O son los propios responsables quienes despiden, producto de su exagerada desconfianza. Si buscas el fallo, antes o después lo encontrarás.
Cómo evitar la paranoia de la productividad
Una de las mejores maneras de evitar que la paranoia de la productividad llegue a una empresa consiste en aprender a convivir con las nuevas realidades laborales. ¿Cómo? Pues por ejemplo examinando el trabajo de un empleado por sus resultados concretos, unas metas claras, y no por su horario en sí mismo, o por el tiempo que alguien pasa conectado.
Además, también es fundamental mantener una comunicación frecuente entre la empresa y los trabajadores, pero respetando la intimidad de estos últimos y, sobre todo, cierto grado de independencia. Al final, quien trabaja suele hacerlo esté donde esté, y quien quiere “escaquearse”, también puede hacerlo en la propia oficina.