Por qué los CEO no deben dejar las redes sociales en manos de la generación Z, según una directiva

Antes de convertirme en CEO de Hootsuite, me pasaba el día en las redes sociales e interactuaba constantemente con noticias, información y tendencias online, pero era más una consumidora pasiva que una creadora de contenidos.

Cuando me convertí en CEO en 2023, me incliné más hacia la creación de contenidos. Sentía que el papel de los CEO estaba cambiando y quería interactuar con nuestros clientes directamente en internet.

Pasar de ser un consumidor pasivo a un creador de contenidos da bastante miedo. Me he sentado frente a docenas de ejecutivos indecisos sobre las redes sociales. Muchos dejan este tema en manos de su becario de 22 años o de su equipo de redes sociales, pero los directivos necesitan interactuar directamente con los clientes.

Diversos artículos sugieren que es más probable que los clientes compren algo si el CEO tiene una fuerte presencia en las redes sociales. Los líderes tienen que estar donde están sus clientes. No podemos permitirnos el lujo de decidir si publicamos o no. Te estás quedando atrás si no lo haces.

Me daba miedo exponerme, pero la autenticidad es importante

Cuando empecé a publicar como CEO, lo primero que me vino a la cabeza fue el miedo que iba a sentir. Me preguntaba qué decir y era bastante sosegada a la hora de exponerme. Aunque ahora sigo poniéndome nerviosa, también he recibido un apoyo abrumador. La gente está ávida de voces reales.

Muchos de los directores generales y clientes con los que trabajamos quieren hablar de su empresa y su producto, y ya está. Sin embargo, gracias a diversas encuestas sabemos que la gente quiere ver publicaciones de marcas y ejecutivos que muestren un punto de vista auténtico.

Esto implica exponerse, y puede dar algo de miedo. Es tu nombre, tu cara y tus pensamientos. Te abres al debate. Los directivos queremos asegurarnos de que protegemos a nuestra empresa y a nuestra marca, y hablar de nuestras ideas personales puede poner en peligro esa protección.

Empecé a hacer vídeos y a colgarlos en LinkedIn

Tengo cuentas en varias redes sociales, pero solo publico en LinkedIn, donde tengo más de 18.000 seguidores. Me parece el entorno profesional idóneo. Dedico al menos entre 15 y 30 minutos al día a relacionarme con otras personas en internet. El año pasado conseguí varios miles de seguidores más en LinkedIn.

Empecé a intensificar mis esfuerzos en las redes sociales, comentando en entradas de otras personas y siguiendo a ejecutivos y a líderes que me interesaban. Cuanto más tiempo pasaba escuchando lo que mis clientes y compañeros de profesión tenían que decir en internet, más ideas se me ocurrían sobre cosas que quería contar.

El inglés es mi segunda lengua, así que escribir me resulta más difícil que hablar. Aunque empecé con entradas escritas, me resultó más fácil crear vídeos. Podía abrir la cámara y ponerme a ello directamente, incluso cuando iba de camino a una reunión o en la parte de atrás de un taxi.

He compartido historias personales y profesionales para ofrecerle a la gente un vistazo tras la cortina de mi vida y a menudo incluyo lecciones que quiero transmitir a otros líderes empresariales. Por ejemplo, hace poco publiqué un post sobre el miedo a los eventos de networking y por qué la incomodidad es una gran oportunidad para crecer.

Los vídeos no son en directo, así que puedo decidir no publicarlos más tarde. A veces, si hay ruido de fondo, le pido a alguien que lo edite, pero la mayoría de las veces lo que ves es lo que se ha grabado originalmente. Cuanto más crudos y auténticos sean, mejor. Suelen generar impresiones y dar a conocer la marca, lo que también puede generar posibles ingresos.

Los líderes deben controlar lo que se publica en sus cuentas

En el pasado, sobre todo al principio de mi trayectoria, he pedido a otras personas que revisaran mis publicaciones para asegurarme de que no estaba haciendo nada que pusiera en peligro a la empresa. Creo que es algo bastante aconsejable para los líderes.

También he preguntado a nuestro equipo de redes sociales si tenían ideas sobre lo que debería publicar o sugerencias sobre cómo mejorar las publicaciones. Es útil recibir ayuda de expertos, pero al fin y al cabo es mi voz, mis pensamientos y sobre todo mi forma de expresarme.

Estoy segura de que hay gente que tiene escritores fantasma que lo hacen todo por ellos sin que ellos lo revisen, pero la cuestión es que tiene que ser auténtico. Es mi cara la que se ve en los vídeos, así que tengo que creer en lo que estoy diciendo.

Los líderes deben aprovechar toda la ayuda que puedan obtener, pero como se trata de tu voz y de tu nombre, tener el control final sobre lo que se está diciendo es realmente importante.

He reflexionado sobre qué parte de mi personalidad debo compartir

Cuando me convertí en directora general por primera vez en mi anterior empresa, pensé que tenía que actuar y hablar de una determinada manera y que no debía utilizar emojis ni signos de exclamación.

Me cansé de tener una doble personalidad y, una vez que decidí mostrarme como era en realidad, mi vida como directiva se hizo mucho más fácil. Ahora acepto los emojis y me muestro tal y como soy en los vídeos.

Uno de los momentos de mayor vulnerabilidad que he vivido fue cuando compartí una foto mía y de mis padres celebrando el aniversario de mi llegada al paísEstaba reflexionando sobre los años que llevábamos en Estados Unidos y lo que había significado para mi familia.

Me sentí muy vulnerable al publicarla y llamé a mi equipo de redes sociales para preguntarles si había tomado una mala decisión. Es normal dudar de uno mismo. Más líderes deberían hablar de ello y aceptarlo.

Da miedo exponer tus pensamientos, pero ese es el papel de un líder.

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