Si tienes un negocio, tu objetivo es que este vaya bien y tengan una curva de crecimiento positiva, no estancarse. Dicho de otra manera, quieres que progrese, no que simplemente te dé lo suficiente para sobrevivir, ¿verdad?
Para saber si un negocio lleva un buen recorrido existen muchos indicadores, pero uno de ellos es de los más recomendables: el capital circulante.
Qué es el capital circulante
Según la publicación de Infoautónomos, el capital circulante se debe entender como la diferencia que hay entre el activo circulante y el pasivo circulante.
Para que te sea más fácil entenderlo, el capital circulante debes verlo como el dinero de que dispone una empresa y que puede utilizar para financiar las operaciones que lleva en el día a día. Por ejemplo, pagar a los proveedores o las nóminas de los trabajadores.
Siguiendo el Plan General de Contabilidad, según la publicación de Quipu, los grupos y subgrupos de cuentas contables que forman el activo circulante son:
- I. Activos no corrientes mantenidos para la venta.
- II. Existencias. Tanto a nivel comercial, materias primas, productos en curso o terminados, anticipos.
- III. Deudores comerciales y otras cuentas a cobrar de clientes, empresas del grupo, personales o de las Administraciones Públicas y accionistas.
- IV. Inversiones en empresas del grupo y asociadas a corto plazo, que incluyen patrimonio, créditos a empresas, valores representativos de deuda y otros activos financieros.
- V. Inversiones financieras a corto plazo, iguales que las anteriores.
- VI. Periodificaciones a corto plazo.
- VII. Efectivo y otros activos líquidos equivalentes, como puede ser la tesorería.
Por su parte, esta otra publicación de Quipu nos da un listado del pasivo circulante:
- I. Pasivos vinculados con activos no corrientes mantenidos para la venta.
- II. Provisiones a corto plazo.
- III. Deudas a corto plazo. Como pueden ser obligaciones y valores negociables, deudas con entidades de crédito, acreedores de arrendamiento u otros pasivos.
Cómo calcular el capital circulante
La fórmula para calcular el capital circulante es su propia definición. Para ello, tienes que conseguir los datos del activo y el pasivo circulante.
El activo circulante son todos los bienes y derechos que tienes en la empresa, tanto a largo plazo como a corto plazo. Todos esos activos que se puedan convertir en efectivo en menos de un año, se tendrían en cuenta: el efectivo, el dinero que los clientes deben a la empresa, los inventarios y otros elementos.
Por su parte, el pasivo circulante o corriente son esas deudas u obligaciones que tiene la empresa que pagar a corto plazo, es decir, en menos de un año: los pagos a los proveedores, las deudas, los gastos de salarios, impuestos y demás.
De esta forma, la fórmula del capital circulante sería una resta entre los activos y los pasivos.
Imagina que tienes de activos 3000 euros. Y de pasivos, 1420 euros. El capital circulante lo obtendrías restando 1420 euros a esos 3000 euros. El resultado es 1580 euros. Al ser positivo, este indicador te dice que la empresa tiene liquidez para cubrir con sus obligaciones a corto plazo. Es decir, que la empresa va progresando.
Sin embargo, lo mejor es comparar este valor con el anterior que hicieras en un periodo de tiempo antes. Es la forma que tienes para saber si realmente progresa.
Si el valor resultante es negativo, el capital circulante te avisa de que no vas a poder hacer frente a los gastos a corto plazo, y deberás tomar medidas para cambiar el rumbo de la empresa si no quieres tener que cerrar.
En caso de que el valor se acerque a cero, te indicará que tu empresa sobrevive porque tienes un activo suficiente para hacer frente a los gastos, pero nada más.