Ya no se trata solo de qué vendes, sino cómo lo haces sentir. En 2025, las marcas más innovadoras están transformando la compra en algo digno de contarse a los amigos. Es el paso del producto al momento: convertir cada interacción de ecommerce en una pequeña aventura memorable.
Veamos algunos ejemplos recientes:
Huda Beauty montó en Nueva Delhi un pop-up que parecía un parque de atracciones para amantes del maquillaje – un “playground” inmersivo donde probar su nueva colección entre neones y escenarios instagrameables.
Glossier, por su parte, lanzó su último perfume con una experiencia sensorial en París: The Wonder of You envolvía a los visitantes en pétalos morados y hasta les regalaba un poema generado por IA según su expresión al oler la fragancia.
Maison de Sabré, la marca de accesorios personalizables, organiza tiendas efímeras con barras interactivas (Charm Bars) donde el cliente diseña en vivo su propio producto con charms, convirtiendo un simple pedido en un juego creativo.
Incluso gigantes del retail como
Walmart están entrando al terreno inmersivo: hace poco lanzó su experiencia virtual en Roblox, donde puedes explorar una tienda-juego y comprar productos reales dentro del mundo digital. Y hablando de Roblox, su nueva integración con
Shopify permitirá a cualquier marca vender artículos físicos directamente en el metaverso. Sí, leíste bien: hoy ir de compras también puede significar moverte con tu avatar por un centro comercial virtual.
Todas estas iniciativas tan distintas tienen 4 ingredientes en común – cuatro claves prácticas que tú también puedes aplicar en tu negocio:
Urgencia: lo efímero manda. Ofrece algo por tiempo o unidades limitadas (una pop-up, una edición especial) y la gente acudirá antes de que “se lo pierda”. La escasez planificada genera intensidad y foco en tus clientes.
Atmósfera: cuida el escenario donde ocurre la compra. Ya sea una tienda física, una web o un juego online, crea ambiente. Música, colores, storytelling, interacción… Todo suma para que comprar se sienta como vivir algo, no solo gastar dinero.
Viralidad: piensa en ese detalle “WOW” que los visitantes querrán compartir. Un espejo con luces perfecto para selfies (Huda), una actividad sorpresa (Glossier y sus poemas), un elemento de juego o desafío. Si tu experiencia provoca un “¡tienes que ver esto!”, tu marketing se autopropaga.
Cultura digital: intégrate en cómo vive tu audiencia. Si tu público está en Twitch, en Roblox, en TikTok, lleva tu experiencia allí (o tráelos desde allí hacia ti). Las fronteras entre lo online y lo offline ya se difuminan; un lanzamiento puede empezar en una tienda física y terminar como filtro de Instagram, o viceversa. Piensa phygital – fusiona ambos mundos.
Lo bonito de este enfoque es que no requiere un presupuesto millonario, sino creatividad y empatía. Cualquier marca puede diseñar una experiencia a su escala: desde una demo en vivo por Zoom con clientes hasta un pequeño evento en tu coworking local.
La pregunta importante ya no es qué producto vendes, sino qué momento vas a crear alrededor de él. ¿Estás listo para invitar a tus clientes a vivir algo único?