El sector tecnológico da la espalda a la generación Z

Los primeros empleos para titulados universitarios son cada vez más difíciles de conseguir. Los puestos vacantes para ingenieros de software de nivel inicial han disminuido. La inteligencia artificial (IA) generativa escribe más código y las grandes empresas tecnológicas se jactan de que la IA hace más eficientes a sus trabajadores. El número de puestos de consultoría de gestión y finanzas para graduados empezó a disminuir el año pasado, y varias grandes empresas consideraron la posibilidad de ofrecer salarios más bajos, con el argumento de que la IA asumiría parte de la carga de trabajo.

La IA generativa no es el único problema de la generación Z. La errática economía actual tiene a los empleados profundamente preocupados por sus puestos de trabajo. Eso puede significar menos puestos con nuevas vacantes. Los empleadores se han mostrado reticentes a contratar personal nuevo que necesite formación.

Todos estos cambios han dejado a muchos integrantes de la generación Z extremadamente nerviosos. En una reciente encuesta realizada a estudiantes de último año de carrera por la web de empleo Handshake, el 62% de los participantes que afirmaron estar familiarizados con herramientas de IA expresaron al menos cierta preocupación sobre cómo estas herramientas afectarían a sus perspectivas laborales, frente al 44% de 2023. Los estudiantes de informática parecían ser los más preocupados por sus perspectivas generales; el 28% contestó que eran «muy pesimistas» sobre el inicio de sus carreras en la economía actual, frente al 18% del año anterior. Hasta marzo, los futuros graduados habían enviado un 21% más de solicitudes de empleo en Handshake que los estudiantes de último curso el año anterior, mientras que las ofertas de trabajo en el portal disminuyeron en un 15%. Según Indeed, las publicaciones de prácticas en todos los sectores, que alcanzaron su punto máximo en 2022, han caído por debajo de los niveles de 2019.

Si la IA sustituye los trabajos de nivel inicial, los recién graduados tendrán que aprender las habilidades necesarias para trabajar de otra manera, y muchas de esas habilidades prácticas y laborales no se enseñan en la universidad. Matt Beane, profesor de gestión tecnológica de la Universidad de California en Santa Bárbara, afirma que el colapso de la escalera profesional y la creciente automatización podrían crear más desigualdades en cuanto a cualificación, salario y satisfacción laboral. Ya se están formando grietas en algunas industrias. «Es demasiado tarde para que evitemos por completo este problema», asegura Beane. «Ya se ha hecho daño».

Los integrantes de la generación Z están profundamente inseguros sobre el valor de un título universitario: en una encuesta realizada en marzo por Indeed, cerca de la mitad de estos jóvenes afirmó que la educación superior es una «pérdida de dinero». En marzo, casi el 6% de los graduados universitarios de 27 años o menos estaban desempleados, en comparación con el 2,6% de todos los trabajadores con títulos universitarios, según la Reserva Federal. El 4% de todos los trabajadores estaban desempleados, y casi el 7% de los jóvenes sin títulos universitarios no tenían trabajo.

Un análisis de los datos de OpenAI realizado por la Brookings Institution concluyó que algunos trabajos de nivel básico, como la preparación de documentos legales y la revisión de datos jurídicos, corrían un alto riesgo de automatización. En torno a la mitad de las tareas de un analista de investigación de marketing también se consideraban en riesgo, en comparación con el 9% del trabajo de un director de Marketing. Los resultados fueron similares para los representantes de ventas frente a los directores de Ventas. Las herramientas de IA pueden afectar de forma desigual a los distintos sectores: un análisis de Anthropic de su herramienta Claude.ai descubrió que el 37% de las consultas estaban relacionadas con trabajos informáticos y matemáticos, como el desarrollo y mantenimiento de páginas web o la depuración de sistemas informáticos, mientras que otras categorías como la educación, los negocios y las finanzas, las ciencias y la administración eran menos comunes.

Los directivos pueden estar atentos a los beneficios de incorporar la IA generativa y agentes en la fuerza laboral, pero no es una solución mágica para la eficiencia. Tres de cada cuatro trabajadores encuestados el año pasado por la plataforma de freelancers UpWork señalaron que las herramientas de IA les habían hecho menos productivos y habían multiplicado su carga de trabajo. «Parece que hay ahorros y ganancias de productividad a simple vista pero, cuando se profundiza realmente, pueden surgir períodos de revisión más largos o más tiempo dedicado a revisar o corregir errores que no parecen evidentes», apunta Tim Herbert, director de investigación de CompTIA, una asociación comercial sin ánimo de lucro para la industria informática en EEUU.

«Los recién graduados están entrando en un entorno donde tendrán que esperar a que surjan las implicaciones posteriores de la revolución de la IA,» señala Frank Fusco, CEO de Silicon Society, una empresa centrada en educar a los trabajadores a través de la observación laboral. Fusco cree que algunos roles se destruirán o consolidarán, pero surgirán otros a raíz de la IA, roles que aún no podemos imaginar o predecir. En última instancia, las empresas se darán cuenta de que no pueden dejar obsoletas a las personas. Pero, para la generación Z, «el momento es muy desafortunado», asevera. «Nos encontramos al principio de esa curva si hacemos nos alejamos».

Aunque adoran a los jóvenes, creo que adoran más a los robots»

Mientras tanto, las empresas también están siendo más cautelosas al contratar trabajadores debido a la incertidumbre económica y la posibilidad de una recesión. «Estamos en un período en el que estamos paralizados», señala Allison Shrivastava, economista de Indeed. Los trabajadores y los empresarios están actuando con cautela para ver las repercusiones de los aranceles de Donald Trump. «Todos estamos un poco como ciervos frente a los faros de un coche, inseguros de lo que está ocurriendo». Pero, afirma, eso no puede durar mucho: al final, las empresas tendrán que actuar, ya sea despidiendo personal o a medida que la gente renuncia y cambia de trabajo.

El sector tecnológico en particular se ha enfrentado a la incertidumbre durante los dos últimos años, con un número de ofertas de empleo que ha caído de unas 625.000 en enero de 2023 a 467.000 el pasado mes de marzo, según un análisis de datos realizado por CompTIA. Los empleos de nivel básico a principios de 2023 representaban el 24% de esos puestos, frente al 21% actual. Los que buscan trabajadores con siete o más años de experiencia han aumentado un 3% en ese mismo período. Estos cambios se deben en parte a que las empresas tecnológicas contrataron rápidamente durante la pandemia y luego despidieron a miles de personas en 2023. Pero es una dura realidad para los que empiezan su carrera en un sector que era conocido por sus altos salarios, entre otras muchas ventajas.

Se trata de un giro difícil para el sector tecnológico, acusado desde hace tiempo de favorecer a los jóvenes talentos que se mueven rápido y rompen moldes frente a los trabajadores más veteranos y experimentados. «Aunque adoran a los jóvenes, creo que adoran más a los robots», afirma Maureen Wiley Clough, presentadora de It Gets Late Early, un podcast sobre la discriminación por edad en el sector tecnológico. En una encuesta realizada en 2023 por Intelligent.com, un recurso de investigación sobre educación superior, casi el 40% de los jefes de distintos sectores afirmaron que pensaban que los recién graduados no estaban preparados para el mundo laboral. En una encuesta realizada en 2024 a 800 responsables de Recursos Humanos patrocinada por Hult International Business School, el 37%  afirmaron que preferirían que un robot o una IA hicieran un trabajo antes que contratar a un recién graduado para realizarlo; otro 30% afirmó que preferiría dejar el puesto vacante.

Pero no es culpa de los integrantes de la generación Z que aún no comprendan completamente la etiqueta y normas laborales. Los jóvenes que se han graduado en los últimos cinco años a veces han empezado sus estudios o carreras a distancia. Esto puede significar la pérdida de oportunidades para encontrar mentores cercanos y aprender la cultura y las normas de una oficina. En comparación con los trabajadores de más edad, los zoomers parecen más proclives a trabajar con horarios híbridos que a distancia, y buscan la conexión en persona. «Esas cosas simplemente han desaparecido de la ecuación», dice Wiley Clough. «Buena suerte, a hundirse o nadar».

Algunos jóvenes trabajadores están aprendiendo por sí mismos a utilizar la IA, ya que les resulta útil a la hora de buscar trabajo. Meelah Harkness se graduó en la Universidad Loyola de Chicago el pasado mes de mayo tras estudiar Comunicación y empezó a buscar trabajo. Rellenó solicitudes en LinkedIn para puestos en los que ya había más de 100 candidatos, y actualizó su cuenta a Premium para poder enviar mensajes a personas que no conocía.

En medio de su frenética búsqueda de empleo, Harkness pasó unas semanas estudiando para obtener un certificado en IA en publicidad y relaciones públicas. Desconfiaba del rápido desarrollo de la tecnología y se preguntaba si sus recién adquiridas habilidades de marketing serían fácilmente sustituidas por la IA generativa. El curso le dio más confianza. «Un robot no puede vender a un ser humano como un ser humano puede vender a otro ser humano», afirma. A los cuatro meses de empezar su búsqueda, consiguió un trabajo como coordinadora de marketing en Bartesian, el fabricante de una máquina para mezclar cócteles, utilizando parte de lo que aprendió en ese curso de IA para generar simulaciones de imágenes en una práctica de prueba.

Christine Cruzvergara, directora de educación de Handshake, es más optimista y cree que los trabajadores jóvenes no serán expulsados fácilmente. Afirma que, aunque la rigidez del mercado laboral y los avances en IA están cambiando el mundo en el que se gradúan los jóvenes, los empleos de nivel inicial siguen existiendo y son vitales para las empresas. «Tienes que ser capaz de hacer crecer tu cantera de talento y hacer progresar a la gente a puestos de nivel medio y más adelante a puestos de nivel senior», afirma Cruzvergara. «Para ello, es probable que tengas que contratar desde el nivel de entrada, para tener más flexibilidad y capacidad para darle forma de la manera que quieras». Cruzvergara afirma que, si la automatización se hiciera realmente con el trabajo de nivel básico en todo un sector, «se produciría una recalibración de lo que se considera un trabajo de nivel básico».

Los mejores graduados universitarios deberían buscar trabajo en empresas donde obtengan formación práctica, indica Beane, autor del libro The Skill Code: How to Save Human Ability in an Age of Intelligent Machines. Se convertirá en un valor añadido trabajar para empresas que comprendan el valor de invertir en la educación de los jóvenes trabajadores. Y las empresas que quieran contratar tendrán que aceptar candidatos «prometedores pero sin la formación adecuada», afirma. Sin un puesto de nivel inicial, dependerá más de los trabajadores de nivel medio y senior formar a estos nuevos empleados como aprendices, o los jóvenes tendrán que aprender por su cuenta. «La responsabilidad recae tanto en el empleador como en el empleado de mejorar sus habilidades en esta nueva era digital», apunta Danielle Farage, conferenciante y experta en trabajo de la generación Z, quien también es parte de esta generación. «No hay manera de mantenerse al día a menos que se convierta en parte de tu rol el aprendizaje continuo y la mejora de habilidades».

Los estudiantes ya están tomando nota. Julia Fedorin, estudiante en la Universidad de Waterloo, decidió abandonar el proceso tradicional de solicitud de empleo. Hizo un vídeo y lo publicó en X la semana pasada, pidiendo a Shopify que la contratara como becaria de marketing, a pesar de que el puesto no existía. Su vídeo fue visto más de un millón de veces y también llamó la atención de Shopify, que ya le ha ofrecido una beca para el otoño. «Creo que la IA debería ser una herramienta que utilices al 100%», me comenta. Pero no puede sustituir la experiencia. «Ahora más que nunca, valoramos la autenticidad», asegura Fedorin. «Creo que hay un límite en lo que la IA puede mostrar».

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